Puntos clave
- Las consecuencias de la elección de Trump en la guerra de Ucrania y el apaciguamiento de Rusia generará, previsiblemente, una grave crisis existencial en la Unión Europea.
- Para evitar o limitar la expansión de movimientos nacionalistas y euroescépticos, la Unión Europea se verá obligada a buscar nuevos consensos, dando marcha atrás a decisiones anteriores, incluyendo en materia climática, energética o migratoria.
- El desgaste ocasionado por el creciente descontento social, los resultados electorales en Estados Unidos y la guerra en Ucrania hará más patentes las diferencias en materia de política exterior, particularmente en la relación con Rusia.
- El aislacionismo estadounidense y la inacción europea podrían llevar a la irrelevancia de la UE en el escenario geopolítico global. China y Rusia podrían fortalecer sus intereses en Europa.
Riesgos para la Unión Europea tras la elección de Donald Trump en las elecciones presidenciales de EEUU.
Contexto
El presente informe se elabora tras la reciente elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, quien obtuvo una victoria contundente frente a Kamala Harris en las elecciones de noviembre de 2024. Este resultado político marca un giro significativo en la dirección de la política estadounidense, con implicaciones no solo para el ámbito interno de EE. UU., sino también para la Unión Europea (UE) y su entorno geopolítico.
La administración Trump trae consigo posibles cambios en áreas clave como la política exterior, los acuerdos comerciales y la regulación de sectores estratégicos como la inteligencia artificial, los combustibles fósiles y las criptomonedas. Estas transformaciones prometen reconfigurar el marco de interacción entre EE. UU. y Europa, mientras desafían la capacidad de la UE para adaptarse y responder a este nuevo panorama global.
Para explorar el impacto de estos cambios, el informe utiliza tres pilares fundamentales como base para desarrollar escenarios futuros para la UE:
- La estabilidad de la Unión Europea, en un contexto donde las dinámicas internas de cohesión y la capacidad de gobernanza del bloque serán puestas a prueba.
- La política migratoria, que continuará siendo un factor crítico en la política interna y externa de la UE, con potencial para generar tensiones o fortalecer la cooperación.
- La cohesión del criterio exterior de la UE, un elemento crucial para que Europa mantenga relevancia como actor global.
- Además, del elemento anterior se extrae un cuarto pilar coyuntural para el análisis: la postura hacia Rusia. Los posibles cambios en la política estadounidense hacia Moscú, pueden tener un impacto en la postura de los Estados miembros de la UE hacia Rusia.
El análisis de estos pilares permite delinear una serie de escenarios sobre el futuro de la UE, evaluando tanto riesgos como oportunidades. Estos escenarios brindan una visión estratégica de las posibles trayectorias que puede tomar Europa en los próximos años, en un momento de gran incertidumbre internacional.
Escenarios
Escenario positivo
- Estabilidad de la Unión Europea: Unión reforzada
La UE atraviesa un periodo de estabilidad interna, gracias a que los Estados miembros encuentran puntos comunes en cuestiones clave como la defensa, la política exterior y la migración. La continuidad del apoyo de EE. UU. a Ucrania asegura que la postura europea frente a Rusia se mantenga sin divisiones importantes.
La solidaridad entre los Estados miembros se refuerza mediante mecanismos financieros y de gobernanza, que mitigan las tensiones económicas entre el norte y el sur de Europa. Este entorno de cooperación establece una base sólida para gestionar las crisis y negociar con actores internacionales desde una posición unificada. - Política migratoria: Gestión coordinada y robusta
La UE implementa políticas migratorias más estrictas, respaldadas por una mayoría de los Estados miembros. Estas medidas incluyen la creación de centros de procesamiento y deportación en países fuera de la UE, así como acuerdos con terceros países para gestionar los flujos migratorios.
Aunque algunas organizaciones humanitarias critican estas políticas, la UE refuerza su capacidad para gestionar la migración de manera ordenada y coherente. Esto reduce las tensiones políticas internas y el ascenso de movimientos populistas, al tiempo que permite priorizar vías legales de migración laboral y asilo. - Criterio exterior común: Consolidación y liderazgo
La cohesión interna permite a la UE adoptar una política exterior más sólida y consistente, proyectándose como un actor global influyente. Se fortalecen las relaciones con socios estratégicos en África, América Latina y Asia-Pacífico, mediante acuerdos comerciales y proyectos de cooperación que promueven el desarrollo sostenible y el comercio justo.
La UE también se posiciona como un mediador clave en foros internacionales, liderando iniciativas sobre cambio climático, regulación digital y transición energética, reforzando su imagen de actor multilateral y comprometido con valores democráticos. - Postura hacia Rusia: Contención firme y sostenida
La postura de la UE hacia Rusia permanece firme, con sanciones y apoyo continuo a Ucrania, gracias al respaldo estadounidense. La falta de un acuerdo entre Trump y Putin permite que la UE mantenga su política de contención sin tensiones internas significativas.
Los Estados miembros refuerzan su independencia energética mediante inversiones en infraestructuras y energías renovables, lo que reduce la influencia de Moscú en los mercados europeos. Además, la coordinación en seguridad y defensa frente a amenazas híbridas como la desinformación mejora la capacidad del bloque para protegerse de las injerencias rusas.
Escenario negativo
- Estabilidad de la Unión Europea: Crisis de cohesión interna
La UE enfrenta una de sus mayores crisis de estabilidad desde su creación. El cambio de postura de Estados Unidos respecto a la invasión rusa de Ucrania genera un dilema divisivo: algunos países abogan por incrementar la ayuda militar a Ucrania para compensar el vacío dejado por Washington, mientras otros, como Hungría e Italia, apoyan una resolución rápida del conflicto, incluso si esto implica concesiones territoriales a Rusia.
Esta polarización mina la unidad del bloque, dificultando la toma de decisiones y fomentando el ascenso de movimientos euroescépticos que ven en esta crisis una oportunidad para cuestionar la viabilidad de la UE como proyecto político. - Política migratoria: Conflictos entre Estados miembro
Una postura más laxa respecto a la inmigración extracomunitaria, impulsada por las instituciones de la UE y algunos países progresistas, provoca un fuerte rechazo por parte de los Estados miembros gobernados por fuerzas nacionalistas, principalmente Hungría. Estos gobiernos critican abiertamente las políticas comunitarias, llegando incluso a bloquear decisiones clave en el Consejo Europeo.
Los desacuerdos migratorios exacerban la desconfianza entre los Estados miembros, debilitando aún más los mecanismos de solidaridad y cooperación interna. Esto también agrava las tensiones sociales en varios países, alimentando discursos populistas y euroescépticos. - Criterio exterior común: Fragmentación en política exterior
La UE pierde su capacidad de actuar como un bloque unido frente a terceros países. Las divisiones internas sobre cómo manejar la crisis en Ucrania, junto con la falta de consenso en temas como el comercio y la energía, dificultan la negociación de acuerdos estratégicos. Algunos países optan por acuerdos bilaterales con potencias como China y Rusia, lo que debilita la posición colectiva de la UE en el escenario global.
Este debilitamiento también afecta a la capacidad de la UE para liderar iniciativas globales, como las relacionadas con el cambio climático o la transición energética, reduciendo su influencia y credibilidad en foros internacionales. - Postura hacia Rusia: Resentimiento e ineficacia
El cambio de postura de Estados Unidos hacia Rusia pone a la UE en una posición incómoda y dividida. Mientras que países como Polonia y los Estados bálticos exigen una postura más firme, otros, como Hungría e Italia, buscan normalizar relaciones con Moscú para garantizar la estabilidad económica y energética.
Estas tensiones resultan en una postura política fragmentada hacia Rusia, con sanciones debilitadas y una menor capacidad para influir en el curso del conflicto en Ucrania. Moscú aprovecha esta fragmentación para reforzar su posición estratégica en Europa del Este y ampliar su influencia en regiones clave como los Balcanes.
Escenario tendencial
- Estabilidad interna de la Unión Europea: Resiliencia bajo presión
La estabilidad interna del bloque se ve comprometida por tensiones entre Estados miembro debido a diferencias ideológicas, económicas y políticas. La creciente presión migratoria, unida a la falta de consenso sobre cómo gestionar los desafíos externos, fomenta una atmósfera de desconfianza. Algunos países (como Hungría, Polonia e Italia) abogan por políticas más restrictivas y nacionalistas, mientras que otros como los países nórdicos, España o Alemania intentan mantener los principios de solidaridad. Sin embargo, el avance de estas divisiones internas no rompe la UE, aunque sí ralentiza los procesos de decisión y continúa debilitando su cohesión. - Política Migratoria: Endurecimiento y polarización
Tras la victoria de Trump, el discurso de algunos partidos europeos se ve reforzado, y el sentimiento popular se inclina hacia enfoques restrictivos en migración. Los Estados miembros de la UE adoptan medidas más severas, reforzando las fronteras externas y reduciendo los permisos de asilo. Esto responde tanto a presiones internas (el ascenso de partidos nacionalistas) como a presiones externas (inestabilidad en África y Oriente Próximo). Este endurecimiento provoca críticas de organizaciones internacionales y de sectores más progresistas dentro de la UE, generando nuevas tensiones en el bloque. - Criterio Exterior Común: Fragmentación creciente
La falta de consenso interno afecta directamente a la capacidad de la UE para actuar como un bloque unido en política exterior. Los Estados miembros adoptan posturas divergentes frente a actores clave como China, India y los países del Golfo.
Mientras que Francia y Alemania intentan consolidar acuerdos multilaterales, otros países priorizan acuerdos bilaterales para salvaguardar sus propios intereses. Esto debilita la posición negociadora de la UE en el escenario global, especialmente frente a potencias rivales como China, Estados Unidos o Rusia. - Postura hacia Rusia: Desgaste estratégico
La reelección de Trump incluye un acercamiento estratégico de EE. UU. a Rusia, dejando a la UE en una posición débil e incómoda. Algunos países del este (como Polonia y los Estados bálticos) piden una postura más firme, mientras que otros (como Hungría, Italia y Alemania) buscan la normalización de relaciones con Moscú, argumentando la necesidad de pragmatismo energético y comercial. El desacuerdo interno mina las acciones actuales y fragmenta la política exterior hacia Rusia. Como resultado, la UE pierde capacidad para influir en el conflicto en Ucrania y puede enfrentarse a más ataques híbridos a través de ciberataques y sabotajes.
Implicaciones
Implicaciones del escenario positivo
- Políticas internas: La estabilidad en temas clave fortalece la gobernanza de la UE y genera un entorno más predecible para la toma de decisiones. Aunque las políticas migratorias generan debate, la percepción de seguridad y control mejora el respaldo ciudadano al proyecto europeo.
- Relaciones internacionales: La UE consolida su papel como un socio global confiable y estratégico, liderando iniciativas en comercio, sostenibilidad y diplomacia climática. Su postura pragmática hacia Rusia y su capacidad para negociar como bloque refuerzan su influencia frente a potencias como China y EE. UU.
- Crecimiento económico y sostenibilidad: Los acuerdos internacionales impulsan el crecimiento económico del bloque, mientras que las políticas de transición energética y sostenibilidad se convierten en referencias globales. La inversión en tecnologías limpias (principalmente nuclear) y renovables posiciona a la UE como líder en la lucha contra el cambio climático.
- Seguridad y defensa: La contención frente a Rusia y la cooperación interna fortalecida en materia de seguridad y defensa permiten a la UE afrontar las amenazas híbridas de manera efectiva. Además, la mejora de la autonomía energética reduce la vulnerabilidad frente a crisis externas.
Implicaciones del escenario negativo
- Políticas internas: La falta de cohesión interna limita la capacidad de la UE para abordar desafíos críticos, desde la gobernanza económica hasta la seguridad energética. Esto también fomenta un clima de descontento ciudadano y el ascenso de movimientos populistas y euroescépticos.
- Relaciones internacionales: La fragmentación interna reduce drásticamente la capacidad de la UE para negociar acuerdos multilaterales o actuar como un actor global determinante. Potencias rivales como China y Rusia se aprovechan de estas divisiones para avanzar en sus propios intereses geopolíticos.
- Crecimiento económico y sostenibilidad: La falta de consenso interno y el debilitamiento del criterio común afectan negativamente a la economía de la UE. Los desacuerdos en torno a políticas medioambientales y energéticas frenan la transición ecológica, perjudicando su liderazgo en sostenibilidad.
- Seguridad y defensa: La incapacidad de la UE para mantener una postura sólida hacia Rusia socava su seguridad colectiva y la de sus aliados en Europa del Este. La creciente dependencia energética de Moscú exacerba esta vulnerabilidad, dificultando los esfuerzos por diversificar las fuentes de suministro.
Implicaciones del escenario tendencial
- Políticas internas: La UE mantiene su estructura, pero las fricciones internas reducen la eficacia de su gobernanza. El proceso de toma de decisiones se ralentiza, y los Estados más críticos amenazan con acciones unilaterales.
- Relaciones internacionales: La UE pierde relevancia como actor global determinante. La falta de un criterio común exterior dificulta la consolidación de acuerdos estratégicos, reduciendo su capacidad de negociación frente a Rusia, China y otros socios importantes.
- Sociedad: El endurecimiento de las políticas migratorias genera un aumento de las tensiones sociales y críticas de las organizaciones de derechos humanos. Sin embargo, estas medidas se justifican políticamente para apaciguar a las poblaciones más escépticas con respecto a la inmigración.
- Seguridad y defensa: La fragmentación en la postura hacia Rusia debilita la posición de la UE en seguridad y refuerza su dependencia de fuentes energéticas externas, dificultando una transición energética coordinada.
Recomendaciones
La Unión Europea debería enfocarse en reforzar su autonomía estratégica mediante la diversificación de sus fuentes de energía. Esto incluiría un replanteamiento de la estrategia energética nuclear. De esta manera podría reducir, a largo plazo, la dependencia de actores
externos como Rusia o Estados Unidos.
Asimismo, es clave avanzar en la construcción de una política exterior cohesionada, priorizando la unidad frente a desafíos globales y potenciando su papel como mediador en conflictos internacionales.
Paralelamente, debe fortalecer sus capacidades de defensa y seguridad, especialmente ante amenazas híbridas, para garantizar su estabilidad. El posible debilitamiento de la OTAN podría presentar oportunidades para una mayor integración europea en materia de defensa, se materialice o no a través de unas Fuerzas Armadas Europeas. En cualquier caso, el objetivo que debe perseguirse es la autonomía estratégica en materia de seguridad y defensa, sin perjuicio de otros acuerdos en esta materia con terceras potencias.
En el ámbito comercial, la UE puede liderar acuerdos multilaterales que refuercen sus relaciones con socios estratégicos en África, Asia y América Latina, diversificando sus mercados. También es necesario revisar el marco regulatorio de la UE en materias como el desarrollo de nuevas tecnologías, para no seguir cediendo terreno en la innovación ante potencias competidoras como Estados Unidos y China.
Por último, implementar políticas migratorias sostenibles y mecanismos internos de solidaridad ayudará a mitigar divisiones internas, manteniendo su cohesión política y su liderazgo global.

